Biciclown (ES) llega a México
Álvaro Neil, "Biciclown" actuando en la cárcel de Nairobi. Foto: Biciclown.
Por fin, después de pedalear por más de 100.000 kilómetros y recorrer 66 países, llegó a México el español Álvaro Neil, conocido mundialmente como el biciclown y está feliz por llegar a un país en el que puede hablar español.
Neil era empleado de una notaría en Madrid y hace nueve años comenzó un viaje para cumplir su proyecto, "Millas de sonrisas alrededor del mundo", que incluye espectáculos gratis de payaso en centros que acogen a personas humildes.
Comenzó en África, siguió por Asia y Oceanía, y en junio del año pasado entró al continente americano por Alaska para comenzar una ruta hacia el sur y después hacia el este que le ha llevado al norte de México, nación que visita por primera vez.
"Es el primer país desde que salí de España en el que puedo volver a utilizar mi lengua materna", dijo Álvaro Neil desde Reynosa, Tamaulipas, ciudad fronteriza con Estados Unidos a donde llegó hace 48 horas.
Le costó trabajo llegar a México pedaleando por los vientos que soplaban en contra de su dirección desde Texas, EU.
"Han sido los seis días más duros de los últimos años porque los vientos no paraban ni de noche ni de día y con muchos problemas para acampar", expresó.
Texas es conocido porque no tiene terreno público; todo es propiedad privada, por lo que buscar dónde acampar cada noche era tarea de magos, más que de ciclistas, recuerda el "biciclown".
Por si fuera poco, tuvo que circular por autopistas transitadas por camiones pesados que ponían en riesgo su vida.
Ahora Neil pretende recorrer México durante varios meses para cruzarlo desde el noreste hasta la ciudad occidental de Guadalajara y llegar a la capital mexicana hacia julio para volar después a Cuba, y regresar a México para continuar hacia el sur.
México es el país número 67 que visita en un viaje que comenzó cuando tenía 35 años y espera terminarlo cuando tenga unos 50, hacia el 2017. Después de América, regresará a Europa, cruzará al Magreb y entrará después a España para terminar su aventura.
El "biciclown" se siente contento por estar en México. "Se puede volver a hablar con las personas en la calle, sin que se asusten. En Estados Unidos, cuando paraba un coche para preguntar una dirección no bajaban la ventanilla", recuerda Neil.
Además, está feliz porque "se puede volver a comer en la calle". "Cruzas la frontera (hacia México) y de repente eres alguien que suscita interés, a veces curiosidad y generalmente simpatía". Eso sí, se queja que los mexicanos son malos conductores.
Su idea es ofrecer espectáculos gratuitos en México y charlas parecidas a las que ha dado en centros culturales y universitarios en todo el mundo.
Desde Japón, donde ofreció su último show a damnificados por el tsunami del 2011, no ha podido presentarse ante los más pequeños con sus espectáculos.
Su bicicleta, "Karma", lleva una carga de 85 kilos. Fue bautizada por un lama en Bután y sucedió a otra bicicleta, "Kova", con la que comenzó a pedalear en África, pero "Kova" se jubiló en Turquía cuando le atropelló un auto que circulaba en dirección contraria.
El biciclown lleva una bandera asturiana enviada por el Centro Asturiano de Rosario (Argentina), y que se la repone cada vez que "el viento la destroza".
Neil era empleado de una notaría en Madrid y hace nueve años comenzó un viaje para cumplir su proyecto, "Millas de sonrisas alrededor del mundo", que incluye espectáculos gratis de payaso en centros que acogen a personas humildes.
Comenzó en África, siguió por Asia y Oceanía, y en junio del año pasado entró al continente americano por Alaska para comenzar una ruta hacia el sur y después hacia el este que le ha llevado al norte de México, nación que visita por primera vez.
"Es el primer país desde que salí de España en el que puedo volver a utilizar mi lengua materna", dijo Álvaro Neil desde Reynosa, Tamaulipas, ciudad fronteriza con Estados Unidos a donde llegó hace 48 horas.
Le costó trabajo llegar a México pedaleando por los vientos que soplaban en contra de su dirección desde Texas, EU.
"Han sido los seis días más duros de los últimos años porque los vientos no paraban ni de noche ni de día y con muchos problemas para acampar", expresó.
Texas es conocido porque no tiene terreno público; todo es propiedad privada, por lo que buscar dónde acampar cada noche era tarea de magos, más que de ciclistas, recuerda el "biciclown".
Por si fuera poco, tuvo que circular por autopistas transitadas por camiones pesados que ponían en riesgo su vida.
Ahora Neil pretende recorrer México durante varios meses para cruzarlo desde el noreste hasta la ciudad occidental de Guadalajara y llegar a la capital mexicana hacia julio para volar después a Cuba, y regresar a México para continuar hacia el sur.
México es el país número 67 que visita en un viaje que comenzó cuando tenía 35 años y espera terminarlo cuando tenga unos 50, hacia el 2017. Después de América, regresará a Europa, cruzará al Magreb y entrará después a España para terminar su aventura.
El "biciclown" se siente contento por estar en México. "Se puede volver a hablar con las personas en la calle, sin que se asusten. En Estados Unidos, cuando paraba un coche para preguntar una dirección no bajaban la ventanilla", recuerda Neil.
Además, está feliz porque "se puede volver a comer en la calle". "Cruzas la frontera (hacia México) y de repente eres alguien que suscita interés, a veces curiosidad y generalmente simpatía". Eso sí, se queja que los mexicanos son malos conductores.
Su idea es ofrecer espectáculos gratuitos en México y charlas parecidas a las que ha dado en centros culturales y universitarios en todo el mundo.
Desde Japón, donde ofreció su último show a damnificados por el tsunami del 2011, no ha podido presentarse ante los más pequeños con sus espectáculos.
Su bicicleta, "Karma", lleva una carga de 85 kilos. Fue bautizada por un lama en Bután y sucedió a otra bicicleta, "Kova", con la que comenzó a pedalear en África, pero "Kova" se jubiló en Turquía cuando le atropelló un auto que circulaba en dirección contraria.
El biciclown lleva una bandera asturiana enviada por el Centro Asturiano de Rosario (Argentina), y que se la repone cada vez que "el viento la destroza".
Fuente: http://noticierostelevisa.esmas.com
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