Guardiola se colocó la nariz roja para ayudar a difundir un libro solidario de relatos del Mundial para la ONG Payasos sin Fronteras

MARCOS LÓPEZ
BARCELONA
EL PERIODICO
Cuando se abrió la puerta del despacho, Pep Guardiola ya sabía que no podía negarse. «Vengo a pedirte una cosa. Y no podrás decir que no»
Esa portada irradia el alma de payaso que tiene Guardiola. «Nos ha tocado la lotería con esta iniciativa y seguiremos luchando para que este mundo sea más redondo de lo que es», proclamó un emocionado Tortell Poltrona, recordando que 250.000 niños sonrieron el año pasado durante 448 representaciones en 28 expediciones, pasando desde el Sáhara a Jordania o recientemente Haití, incluyendo países como Somalia, Palestina, República del Congo, Namibia, Kosovo...
Entre ambos, entre los dos payasos, entre Guardiola y Tortell, se estableció una química inmediata. Ya en las sesiones fotográficas. «Un circo tiene mucho que ver con un equipo de fútbol», recordó el payaso de verdad. «Hay que abrirse por las bandas para tener espacio», dijo después bromeando, mientras Guardiola no podía evitar sonreír. «Me siento más que honrado de seguir el legado que empezó en su día Samuel», dijo en referencia a Etoo. «Después siguió Puyol, De la Peña, Rijkaard, Leo y ahora Xavi», comentó en referencia a los otros padrinos de las cinco ediciones anteriores y que han significado un total de 330.000 euros para distintas obra benéficas.
Fue, sin embargo, al revés. Fue Guardiola quien demostró cercanía y un respeto reverencial cada vez que miraba al Tortell, al payaso que logró colocarle esa nariz roja. «Lo que hacéis vosotros es impagable, inimaginable», dijo el técnico en su emocionada alocución en el Hotel W, al borde del Mediterráneo. Un gran escenario para una bella obra. «Vosotros sois unos verdaderos ídolos, verdaderos héroes y verdaderos catalanes del año. Lo vuestro tiene una belleza incalculable. Solo os gano en que salgo más en la prensa. No tengo ningún mérito». El mérito es que sacó su alma de payaso. Y gracias a él muchos niños sonreirán.
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