27 de marzo, Día Mundial del Teatro 2008 Mensaje Internacional por Robert Lepage, hombre de teatro Existen varias hipótesis sobre los orígenes del teatro, pero la más estimulante tiene la forma de una fábula: Una noche, en tiempo inmemorial, un grupo de hombres se habían reunido en una caverna para calentarse en torno a un fuego y contarse historias. Cuando, repentinamente, uno ellos tuvo la idea de levantarse y de utilizar su sombra para ilustrar su relato. Al ayudarse con la luz de las llamas, hizo patentes sobre las paredes de la cueva a unos personajes de tamaño mayor que los naturales. Los otros, deslumbrados, reconocieron en las sombras al poderoso y al débil, al opresor y al oprimido, al dios y al mortal. Hoy día, la luz de los proyectores sustituye a la fogata inicial y la maquinaria de escena, a las paredes de la caverna. Y con todo respeto a algunos puristas, esta fábula nos recuerda que la tecnología es la causa incluso del teatro y que no debe percibirse como una amenaza, sino más bien como un elemento enriquecedor. La supervivencia del arte teatral depende de su capacidad para reinventarse integrando nuevas herramientas y nuevas lenguas. ¿Si no, cómo el teatro podría seguir siendo el testigo de todas las grandezas y de lo que está en juego en su tiempo y, al mismo tiempo, promover el acuerdo entre los pueblos, si él mismo no demostrara apertura? ¿Cómo podría jactarse de ofrecer soluciones a los problemas de la intolerancia, la exclusión y el racismo, si, en su práctica propia, se negase a todo mestizaje y a toda integración? Para representar al mundo en toda su complejidad, el artista debe proponer formas e ideas nuevas, confiando en la inteligencia del espectador, que es capaz así mismo de distinguir la silueta de la humanidad dentro del perpetuo juego de luces y sombras. Es cierto que jugando mucho con el fuego, el hombre corre el riego de quemarse, pero así alberga también la esperanza de convencer y de iluminar.
Ahir al Mercat s´hi respirava un aire diferent, abans de començar ja s´hi notava alegria, la gent hi anava per a veure circ. Traces es una proposta de la Cia Les sept doights de la main, ( per explicar-ho millor, els de Les sept doights de la main van agafar cinc joves recent sortits de l´escola de Montreal per a muntar un espectacle). Una proposta molt coreografiada amb petits esquitxos de text, que revelen una mica la personalitat de cada un i deixen florir les seves virtuts en un ritme i una energia molt potents. Amb 25 anys mes o menys semblen criatures jugant amunt hi avall, amb tot el que troben, una cosa després de l`altra oferint a vegades petites estones una mica lentes, al costat d´unes del tot trepidants. La majoria d´ells, provenen d´una escola de circ de Sant Francisco on hi ha un professor originari de Xina. I els moments d´acrobàcia, son els que realment sobresurten i et queden al cap: Mortal amb pirueta d´un dels germans Cruz, en torre a sobre del altre ( clau d´un m
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